viernes, 26 de marzo de 2010

alimentación con alga nori...

Unas fotos de la alimentación del cirujano, Zebrasoma Flavescens, con alga nori.
Se puede ver sujetada con el propio imán de limpiar los cristales.

Aquí en sus tímidos picoteos iniciales. La verdad es que luego dura bastante poco la hoja... Parece que siempre tiene una hambre voraz cuando hay alga nori en el menú.

viernes, 19 de marzo de 2010

actualización...

Actualización del estado del acuario.
Hay que lamentar una baja significativa... ha desaparecido el hexataenia. Imagino que no superóel corte de luz del temporal de nieve. Un minuto de silencio por su corta existencia.

Por lo que hace a todo lo demás, como podéis observar el estado de todas las piezas y demás habitantes es el correcto.



La Catalaphyllia parece estar recuperándose bien de la falta de tejido en la parte derecha. Ya casi es inapreciable.
Vistas generales del acuario.
Se puede observar en la parte derecha del sustrato, como está acumulado formando una montaña importante de arena, esto es debido al incansable comportamiento del camarón Alpheus que nunca detiene su tarea de excavar nuevos túneles y conformar dunas por todo el sustrato. ¡Agotador!
Se observa también la gran formación de alga coralina en los cristales.

Importante crecimiento de la alga verde, chaetomorfa, en el centro del acuario. Si sigue creciendo me veré obligado a cortarla.

miércoles, 10 de marzo de 2010

érase un país llamado Alaska...

Malas noticias... Mal tiempo... Algo de nieve... Malos recursos... Peores instalaciones eléctricas. ¡¡Glups!! ¡PROBLEMAS!
La foto está hecha desde el balcón de mi humilde morada.
Resultado final: 24 horas sin luz, sitiados, sin teléfono, sin cobertura para móviles, sin agua,... EL FIN DEL MUNDO.

Bueno, como os podréis imaginar 24 horas sin luz en un acuario marino es algo como poco, catastrófico. Sin luz los corales permanecen cerrados sin abrirse puesto que no pueden efectuar la fotosíntesis, el agua se queda sin oxígeno puesto que no hay bombas que efectúen corriente para oxigenarla, las bacterias en la roca viva pueden verse afectadas por lo que está en juego un desequilibrio del ciclo del nitrógeno, y lo peor de todo, al no actuar el calentador el agua pierde su temperatura, que tiene que ser siempre constante de 25,5º... El mar caribeño es un medio con una estabilidad descomunal, por tanto los habitantes que residen en él no están para nada acostumbrados al mínimo cambio en sus parámetros, y el que menos de todos ellos, la temperatura, tanto una bajada de temperatura como una subida es una muerte asegurada. Hay que ponerse en marcha... Está en juego la vida de todo el acuario. Necesito soluciones urgentes!!!!!

A grandes males, grandes remedios... Y éste ha sido el que he llevado a cabo.
He tapado el acuario con dos mantas para poder conservar el calor.
Cerrado la puerta de la habitación para poder estancar el ambiente cálido y rodeado el acuario de todas las velas que he encontrado por todos los cajones de casa. Cada vez que se consumía una, la renovaba por otra, Una operación que debía efectuar cada 30 minutos aproximadamente, puesto que las velas de que disponía eran de decoración más que de una utilidad práctica. El calor que efectuaban las velas mantenía mínimamente la habitación caldeada.
A pesar de tomar dichas medidas para contrarrestar las condiciones precarias, la temperatura del acuario descendía un grado cada hora sobretodo ya caída la noche, puesto que con ella había descendido también la temperatura ambiental. Era necesario calentar el agua de alguna manera pero, ¿como? Los fuegos de la cocina son de vitrocerámica que funcionan con luz... No puedo poner más velas, al ritmo que voy las agotaré y no sé cuando volverá la luz, pero por lo que puedo escuchar en la radio no es demasiado alentador.
No perdamos los nervios... O SI!!!! Podría hacer una fogata en medio de la habitación, el suelo es de parquet eso debería arder bien... Aunque el humo intoxicaría el agua y moriría todo... Nada, ¡descartado!

Piensa....
Sigue pensando...
24,5º descendiendo...

Me quedo sin pilas en la radio solo me faltaba eso. Aislado totalmente del mundo exterior. Solo con mis peces, quiénes me miran con ojos de "peces degollados" desde la eterna penumbra.
Hay que hacer algo. Y hay que hacerlo ya.

23,5º...
Descender de 23º sería empezar a desafiar la suerte y poner a prueba la supervivencia de los habitantes.
Remuevo el agua con mis propias manos para generar oxígeno en ella.

¡¡Por fín doy con la solución!!!
Como puedo consigo llegar al trastero, y para hacerlo debo salir del edificio e ir a una puerta contigua. Mis pies se hunden en casi 20 cm de tierna nieve. Armado con un par de linternas consigo remover todo el oscuro trastero y obtener lo que andaba buscando. Ahí está, entre las cañas de pescar y la tienda de acampada. ¡Un par de bombonas de camping gas! ¡La salvación!
Vuelvo a subir, no sin antes empaparme de fría nieve hasta las trancas, preparo la bombona de gas que está ya empezada y con un cacharro de cocina empiezo a calentar agua. Gracias a un termómetro consigo medir exactamente la temperatura a la que lo hago. Tampoco quiero cenar pescado cocido en su propia agua salada (con ese pequeño camarón no tendría ni para empezar el aperitivo).
La primera bombona se acaba en la segunda tanda. Debo racionalizar la última para poder pasar mínimo toda la noche. Seguramente por la mañana, si la nieve lo permite, podré salir a comprar otras nuevas en caso de ser necesario.

La temperatura del acuario vuelve a ascender lentamente... Respiro con más tranquilidad, a pesar de que el esfuerzo va a ser grande. Necesito pasarme toda la noche despierto calentando y removiendo el agua. Mínimo cada hora hay que calentar varias ollas de agua para mantener a raya el ritmo de la bajada de temperatura.
Paso la noche al lado del acuario, con un temporizador de cocina programada cada 30 minutos por si me vence Morfeo en mi lucha por permanecer despierto al pie del cañon. Odio el sonido que efectúa el programador cuando llega a su posición incial. Es un sonido que me desvela repentinamente a pesar de que tenga los ojos medio cerrados...
¡Lo consigo! Aparecen los primeros rayos diurnos... Me muero de sueño... Estoy mayor para esto... Pero ¡¡¡lo consigo!!!! Es lo que importa. Todo sigue vivo. El acuario en ningún momento descendió de los 23,5º. ¡Aleluya!

Creí que por la mañana volvería la luz, pero no lo hizo hasta las 18 horas. Por suerte pude seguir calentando agua con el camping gas y apareció el sol que ayudó a mantener una temperatura agradable y brindar un poco de luz solar al acuario.

Esta vez lo hemos conseguido, aunque solo espero y deseo que ENDESA no vuelva a ponernos a prueba. Durante 24 horas he vuelto a la vida en las cavernas de la prehistoria a la luz de cuatro velas media apagadas... Y el frio y el hambre es lo de menos... Sin Internet no se puede vivir ¡leches!

viernes, 5 de marzo de 2010

actualización...

Algunas fotillos de cerca...

En la imagen superior puede verse la relación simbiótica entre el Cinctus y el camarón Alpheus. Mientras uno protege a ambos de depredadores el otro se dedica a cavar sin descanso por la arena asegurando una cueva donde refugiarse. Es la pareja más curiosa que he visto.

Los zoanthus cada día más grandotes.

Y la fungia que también va adaptándose y soltando sus polipos.

Hace como más de un mes y medio que no mido parámetros. Imagino que todo está bien, sobretodo por el aspecto de los corales.
Las algas del sustrato van desapareciendo a pasos agigantados. Eso denota que el acuario está completamente asentado y las bacterias que descomponen los nitratos trabajan a tutipleni.
Lo único que voy aditando es Magnesio, Calcio de la marca Biosonal para garantizar la salida de alga calcárea (manchas rosas), agua destilada de reposición y algo de búfer para mantener el nivel del Kh.
¡Viento en popa!

lunes, 1 de marzo de 2010

primera baja importante...

Bueno pues tengo la primera baja del acuario. El lactoria cornuta baby.
Imagino que no ha podido aclimatarse bien. Desde el primer momento ya pensé que podía ocurrir puesto que era un ejemplar demasiado juvenil, pequeño y sin demasiados posibilidades.
A pesar de que durante todo el día posterior a su incorporación estuvo en un acuario aparte que recién adquirí, para que no tuviera que luchar contra las corrientes de las bombas ni competir por la alimentación con los otros peces, no ha sido bastante.

En ningún momento lo ví alimentarse, lo cual ya fue una señal bastante negativa...

Lamento la perdida, puesto que es uno de los peces que más admiro y deseo. Para futuras ocasiones me aseguraré que la tienda donde lo adquiera, me envíe un ejemplar más crecido y con más posibilidades.

Que le vamos a hacer... en esta afición hay siempre las dos vertientes: la ilusión y la vida, y a su vez, la frustración y la muerte.
Esta vez ha tocado lo peor, pero perdura la esperanza.